07 May Qué ves cuando miras tu infancia?
¿Ves a un niño roto, triste, asustado o feliz?
Te lo pregunto, porque muchas de las heridas que llevamos adheridas en el alma fueron provocadas en la infancia.
Muchos tenemos a un niño que se manifiesta en el adulto que somos, que no se está quieto, que grita para ser escuchado y que quiere hacerse ver.
Este niño, solo quiere que le abracen, que le digan que el no tuvo la culpa y que le devuelvan las sonrisas que le quitaron. Solo quiere ser sanado.
A veces es difícil conectar con ese niño interior, porque da miedo enfrentarnos a la parte más pura, frágil y en ocasiones más triste de nuestras vidas.
Pero una vez logramos conectar con él, toda emoción reprimida es liberada, transmutada y curada.
Recuerda que sanar la infancia, es curar la vida.